SÉ TU MISMO
Tu relación con el poder se mide a través de la competitividad, porque aunque creas que a ti no te atañe, que no te comparas ni te mides, que la opinión de los demás te da igual, la realidad es que hay muy pocos casos de seres excepcionales en los que esto es así.
- ¿Cuantas veces te empeñas en tu razón sin querer escuchar la postura de otros que hasta desprecias? Quieres hacer ver que sabes más o mejor, que en algo estás por encima. Estás estableciendo una relación de poder.
- ¿Cuántas veces reprochas a tu pareja por no haber sido suficientemente complaciente en algo que pretendías? Estás estableciendo una relación de «a ver quien puede más».
- ¿Cuántas veces has quedado con una amiga y ese simple hecho te ha influido en la ropa que te vas a poner? Estás estableciendo una relación de competitividad-poder con ella.
- ¿Cuántas veces insistes a tu hijo en que haga lo que dices «por su bien» sin atender sus verdaderas necesidades? Estás estableciendo una relación de poder con él.
- ¿Cuantas veces te ha molestado que tu compañero de trabajo recibiera más felicitaciones que tú en lugar de valorar su buen hacer y superarte a ti mismo? Estás estableciendo una relación de poder midiéndote con esa persona de cara a tu jefe.
El poder: yo puedo más que tú, yo valgo más que tú, lo manifestamos en múltiples situaciones cotidianas que no queremos revisar porque muestran una parte oscura y oculta de nosotros que no queremos ver. Pretendemos ser humildes, pero lo que subyace es que no nos valoramos casi nada o muy poco. ¿Cómo taparnos esa parte oscura?, muy fácil, estableciendo relaciones de poder marcadas por la competitividad para sentir que en algo estás por encima y así te torturas menos sabiendo que en realidad estás por debajo.
Competir con otro es entregarle tu poder, rebajarte, dejar de ser tú para aparentar algo, conseguir que tu autoestima se eleve por un simple piropo, venderte por un plato de lentejas, someterte a una lucha de poder en la que siempre perderás, porque no eres tú, no eres auténtico y te acabas convirtiendo en víctima porque ganar, no ganas nada.
Que no te preocupen los juicios ajenos. No puedes ni debes gustar a todos por igual. Si entras en el temor a los juicios ajenos es que te estás juzgando por anticipado, por no sentirte merecedor, o creer que no das la talla, o que no estás a la altura, o que los demás te superan.
No te compares, ni compitas, huye de ese tipo de poder que siempre te hará ponerte de espaldas a ti mismo y te impedirá crecer y superarte como ser humano en evolución que eres. Cambia la lucha de poder con los demás por la apuesta por tu propia POTENCIA, por tu constancia y perseverancia en tu superación personal. Contra eso nadie puede porque nadie tiene el don de ser tú.
Sé auténtico y siente orgullo de ser quien eres, todos nos acercamos a las personas que son y se muestran de verdad, no te niegues ese derecho y ese deber a ti mismo.
Coge impulso y brilla con luz propia, porque SOLO serás feliz siendo lo que ya eres.
2 comentarios
Hola Arancha,
Que gran consejo: "Sé auténtico y siente orgullo de ser quien eres". Como muchas veces no lo tenemos presente, terminamos entrando en esa vorágine de demostrar lo valiosos que somos, en unos casos, y sentirnos muy poca cosa en otros.
Mi mujer y un servidor lo hemos hablado recientemente ( a veces parece que nos leas el cerebro) y hemos concluido que la clave está en el respecto, en aprender a respetar la visión del otro, lo cual solo se consigue respetándonos a nosotros mismos. Y ahora nos ofreces este regalo (en forma de artículo) para ratificar, de alguna forma, la conclusión a la que habiamos llegado.
Muchas gracias por tu sabiduria emocional
Un abrazo
Gracias Sergio! No nos han enseñado a sentirnos orgullosos de ser quienes somos y como somos, por eso necesitamos mendigar aprobación en el exterior. Pero ya es hora de ser uno mismo. Las bases son: respetarse, aceptarse con cualidades y defectos para mejorar estos últimos, ser justo contigo y de esa manera nos sentiremos muuuy orgullosos de ser quienes somos.
Besos!