¿QUIÉN MANDA EN TU VIDA?
Le hemos otorgado tanto poder a la mente, que nos hemos acabado creyendo que ella es la que manda y que nosotros somos sus subordinados. Si tú como ser humano con emociones decides hacer algo y tu mente se empeña en repetirte que no es el momento de adecuado, o que te costará un gran esfuerzo, o que te arrepentirás, por mucho que desees llevar a cabo ese sueño, las dudas y los temores que infunde la mente, te minarán tanto que abandonarás tu proyecto con una rebaja de autoestima nada despreciable.
Si vamos un poco más allá, podremos comprobar que la mente tiene una gran utilidad (reflexionar, analizar, procesar y etiquetar datos, buscar opciones y soluciones), pero es incapaz de crear y menos de decidir. La mente (que se relaciona con la emoción tristeza) está a tu servicio para ayudarte a pensar y a acumular experiencias que puedas necesitar en tu futuro. Hasta ahí es el papel que le corresponde. Pero el que decide eres tú, es tu ser interior (emoción orgullo). Tu mente está para obedecerte a ti y no al revés.
Hemos dado demasiada importancia a lo racional, a la inteligencia, a nuestro hemisferio izquierdo nuestra parte más mental. Si nos consideran inteligentes es porque valemos y podremos ser alguien, de lo contrario nos sentimos apartados del estatus quo establecido. Nos hemos distanciado de lo que realmente somos, nos hemos desconectado de nuestro para qué original.
La vida que vamos creando en nuestro existir, parte de nuestros pensamientos, éstos son los que crean los sentimientos y emociones que van a marcar nuestra realidad.
Si piensas que no estás suficientemente preparado para algo, que no estás a la altura, que no vas a dar la talla, ese pensamiento ocasionará el sentimiento de imposibilidad y la emoción de impotencia o cobardía o autocastración y la realidad que vivirás será la de que realmente eres incapaz. Así es como tu mente crea, a través de tus pensamientos.
La mente se cree lo que tú le digas. Si tu pensamiento es «Yo puedo», esa será la realidad que tú crees. Ya va siendo hora de relegar a la mente al puesto que le corresponde con sus funciones que realiza a la perfección, pero deja que tu ser se exprese a través de pensamientos posibilitadores e impide que todo lo turbio y negativo que emana de una mente confundida de tanto poder tome las riendas de tu vida.
Todo lo que quieras creer acerca de ti y de tu vida será tu realidad. Si permites que tu mente anticipe amenazas, problemas, injusticias sin que éstos tengan porqué ocurrir, estás dejando que tu mente sea la dueña de tus pensamientos y por tanto del futuro que vayas a crear para ti.