¿VAS A CUMPLIRLOS?
Solemos acabar el año haciendo balance de lo ocurrido, de lo bueno y lo malo, de aquellos deseos que tuvimos y quisimos ver que se realizaban. Muchas personas escriben sus propósitos para el año nuevo, y cuando éste acaba revisan aquellas intenciones que reflejaron un año antes en una triste hoja de papel, para comprobar que no han cumplido ninguno de de ellos.
El final del año, suele ser un momento de sueños no realizados, de objetivos no cumplidos, de «otro año y sigo sin hacer nada por mí mismo, pero esto se ha acabado y el próximo año será diferente«. Invariablemente nos lo prometemos y los resultados casi siempre son los mismos.
¿Qué propósitos nos hacemos?
- Adelgazar
- Dejar de fumar
- Empezar el gimnasio y mantenerlo con constancia
- Ser más organizado desde el principio
- Encontrar la pareja de mis sueño, y si ya tengo pareja, cuidarla y ser más comprensivo y cariñoso
- Dedicar más tiempo a actividades que me gusten: leer, pasear, ir al teatro, visitar museos…
El hecho de que cambie el año, no implica en sí mismo un cambio de vida o de costumbres. Es decir, eres tú quien debe proponérselo y esforzarse por conseguirlo. O dicho de otra manara: comprometerte y cumplir con tus compromisos hacia ti mismo.
Elegir una fecha concreta no funciona, porque llega esa fecha, te surge un imprevisto y ya no has cumplido, con lo cual no pasa nada si vuelves a fallar otra vez. Por eso, poner fechas concretas nos hace sentir que fracasamos ante nosotros mismos y crea una profunda insatisfacción.
Es mejor ponerse objetivos más abiertos y revisar qué hace que no podamos cumplirlos.
Los objetivos muy exigentes: dejar de fumar, adelgazar, han de cambiarse por algo más positivo, como: «Me voy a preocupar por mi salud, quiero regalarme bienestar, voy a dar pequeños pasos para entrar en contacto con una vida sana». o «disfruto trabajando en un ambiente limpio y ordenado y como ese es mi placer voy a concedérmelo».
No hay nada peor que comprometerse a algo con uno mismo y luego no cumplirlo. Eso responde a una falta de amor hacia uno mismo que acaba mermando la autoestima y la autoconfianza.
No te comprometas con fechas a nada que intuyas no puedes conseguir, porque necesitarás esperar otro año y renovar tu propósito. Mejor sin fecha y mejor buscando el aspecto positivo que te reportará aquello que quieres conseguir.
Pon tu intención en aquello que sueñes o deseas y vive cada minuto de camino recorrido, con intensidad, asombro y duda. El momento es el que imprime la satisfacción del resultado.
2 comentarios
Este año solamente me he propuesto uno, quizás si te centras en poquitos es más fácil…!!!
Desde luego! La dispersión solo vale para que nada florezca y todo permanezca igual.
Que tu propósito se haga realidad!!!