A LOS HOMBRES DE MI VIDA

SU LUGAR EN MI CORAZÓN

Recuerdo  un artículo de Maruja Torres que escribió hace algún tiempo, en homenaje a los hombres. Últimamente, recibo muchas consultas de personas que mantienen un gran rencor por sus ex o actuales parejas, por aquellas personas que no se han comportado como les hubiese gustado. No quieren soltar el pasado y no reconocen que ese pasado les ha configurado hasta convertirse en lo que hoy son. No ven los momentos bellos que vivieron, el apoyo y cariño que recibieron y lo que es más importante, no se paran a tener en cuenta que aquella experiencia se puede configurar en un maravilloso aprendizaje. Por tanto la gratitud es el sentimiento que debería permanecer y perdurar en el tiempo.
Hoy quiero dar las gracias a los hombres de mi vida, y te invito a que tú también te tomes unos minutos y lo hagas con aquellos hombres que han sido parte de tu vida. Los que han injustos, los que no han sabido dar la talla, a aquellos a los que dañaste y a aquellos de los que huiste. Todos ellos te han ayudado a SER y a ESTAR. Reconocerlo nos engrandece.
  • Al primer hombre de mi vida, que me leía cuentos por las noches y me daba un beso en la frente. No supo leer mis sueños y no siempre fue el mejor consejero, pero me hizo fuerte, valiente y luchadora. Su huella vivirá siempre en mi.
  • A aquel primer amor que más bien me utilizó y también me enseñó que si yo no me quería no recibiría lo que tanto anhelaba.
  • Al hombre que me acompañó 17 años, aprendimos juntos, crecimos juntos y me dejó volar sin dañar más de lo que duele un fuerte batacazo, para ser yo misma.
  • Al hombre que me contrató cuando era casi una chiquilla porque creyó en mi y posibilitó que mis alas se expandieran y fueran más grandes.
  • Al hombre que una vez me dijo: «puedes dedicarte a lo que desees porque con tu alegría y entusiasmo alcanzarás lo que quieras». Sus ánimos me han hecho levantarme una y otra vez.
  • Al hombre que en estos momentos comparte mi vida y mi camino. Su amor y ternura me han hecho olvidar de un plumazo a aquellos que pretendían empequeñecerme porque valen menos que cero.
Todos los hombres de mi vida tienen un lugar en mi corazón. Todos tienen un porqué y un para qué. Si descubres cada para qué, encontrarás que fue bonito y necesario que pasaran por tu vida de la forma que lo hicieron.
Los hombres, incluso los hombres heridos o que fueron acusados injustamente, pueden, como escribe mi amigo Alfonso Colodrón, hacer su particular homenaje a las mujeres de sus vidas.

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