No anticipes dudas
Los prejuicios nos llevan a cerrarnos muchas puertas. Forman parte de una determinada actitud ante la vida. Deberíamos replegarnos solo cuando detectemos una amenaza en nuestro entorno. Si percibimos un riesgo o peligro, disponemos de la emoción miedo para protegernos y obtener seguridad. Pero si no existe una amenaza real, el miedo falso e imaginario nos impedirá acceder a nuevas oportunidades, a nuevos rumbos, que podrían aportarnos algo valioso. No enjuicies ni critiques a priori. Ábrete a lo novedoso, a lo diferente, a lo peculiar.
Este vídeo (comercial de una conocida marca) es un buen ejemplo representativo de ello.
4 comentarios
Hola, mi nombre es Maria, buscando por internet..leyendo sobre el tema de las emociones que siempre ha sido para mi, un tema muy interesante he recavado aqui..y sinceramente me parece que lo tratas de una forma muy limpia, muy dinamica, muy fácil de leer y por supuesto muy fácil de aplicarselo a uno mismo…estamos en contacto .Un abrazo
Nos consideramos buenas personas, tolerantes y abiertos. Creemos que aceptamos a todo el mundo como es y que no hacemos diferencias porque otra persona sea de otra etnia, raza o estatus social. Pero no es así. Nuestra conciencia nos dicta unos sentimientos y, sin embargo, nuestro inconsciente se rige por otros gustos y preferencias. A pesar de lo que pensemos de nosotros mismos, existe una red inconsciente de valores que condiciona lo que creemos de los demás, y que esas creencias pueden salir a la luz en determinadas situaciones. Así que cuidado, la exclusión siempre está presente. Lo queramos o no.
Encantada de contactar contigo, María. Gracias por tus comentarios. En verdad, el mundo de las emociones es apasionante!
Cierto Caterpillar. Por eso debemos reconocer que nunca estamos libres de prejuicios. Nos preocupa tanto el qué dirán y el miedo al ridículo que nos impedimos vivir como realmente nos gustaría. Gracias por tu comentario.