VICTIMISTAS

LOS QUE NOS DAN PENATodos conocemos a personas que escogen el papel de víctima. 

De alguna manera nos acercamos a ellos por un sentimiento de solidaridad. Nos equivocamos, deberíamos alejarnos y mantener las distancias. El papel de víctima es muy peligroso, es como un virus que propaga la energía negativa contagiándola con rapidez. Además, debemos saber que es elegido consciente y voluntariamente, porque este tipo de personas, en beneficio propio, siempre ganan algo con esa actitud: atención. Confunden atención con amor. Nos parecen tan mártires que ahí estamos, a su lado, para que nos chupen energía.

Conozco a muchísimas personas que mantienen relaciones con amigos porque les dan pena, y lo que es peor a parejas que continúan su unión porque uno de los dos siente pena del otro. “Pobrecillo, si le dejo que va a ser de él”.

Mientras tanto, tú vas perdiendo tu vida, y encima te sientes culpable solo de pensar en alejarte. Has de asumir que cada uno es responsable de su vida y no haces ningún favor quedándote con alguien por pena. La otra persona tiene el deber hacia sí misma de construir su camino, su vida.

Obviamente, les resulta más fácil depositar todo su peso sobre el otro, que acaba además de agotado sometido y manipulado por el pobre que le da pena. Toma conciencia de que esa relación es tóxica.

Nunca te quedes con nadie por pena. Tú y solo tú acabarás perdiendo.

La emoción adecuada es la rabia, pues socavada y sutilmente estás siendo utilizado. Con la rabia serás justo contigo y cortarás.

Si te quedas en la falsa tristeza, el sentimiento de culpa te limitará y pasará factura. Vive tu vida, pero solo la tuya. No cargues con las inseguridades de otros que pretenden hacerte sentir mal.

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14 comentarios

  1. Creo que a todos nos han educado en esa falsa tristeza, "la pena por los demás". Y tambien en esa culpabilidad que se siente si no estas ahí.
    Creo que en este texto me das claves. La rabia, salir pitando, la manipulación, confundir amor por atencion…
    Estaré alerta.
    Gracias.

  2. Estos individuos magnifican hasta lo absurdo cualquier padecimiento por el que se ha pasado con tal de reclamar una atención de la que se creen merecedores. Este tipo de personas se transforman en chantajistas emocionales que, probablemente siendo conscientes de ello, provocan grandes tensiones en su entorno.

    Total, nadie es víctima de nada de un modo permanente. Lo es, en todo caso, de una situación puntual ocurrida en un momento concreto. El resto del tiempo cada cual es víctima de si mismo.

  3. Quejarse es muchas veces contraproducente. Cuando nos lamentamos de algo con la esperanza de inspirar pena y así recibir una satisfacción, el resultado es con frecuencia lo contrario de lo que intentamos conseguir. La queja habitual conduce a más rechazo, pues es agotador convivir con alguien que tiende al victimismo, o que en todo ve desaires o menosprecios, o que espera de los demás —o de la vida en general— lo que de ordinario no se puede exigir. La raíz de esa frustración está no pocas veces en que esa persona se ve autodefraudada, y es difícil dar respuesta a sus quejas porque en el fondo a quien rechaza es a sí misma.

  4. Entiendo muchas cosas y se aclaran muchos conceptos, pero a veces me resulta inevitable sentirme culpable si no me pongo a disposición de determinadas personas que me dan pena y en realidad lo que pretenden es chuparme la energía…

  5. Claro! Así es como hemos sido educados, pero nunca hay que dar a otro lo que él mismo es capaz de conseguir. Crearemos dependencias que nos agotaran sin obtener ningún resultado positivo. Gracias por tu comentario.

  6. Entiendo muchas cosas y se aclaran muchos conceptos, pero a veces me resulta inevitable sentirme culpable si no me pongo a disposición de determinadas personas que me dan pena y en realidad lo que pretenden es chuparme la energía…

  7. Que gran verdad, Arancha. El trabajo personal para salir de ese bucle que se repite en el tiempo es largo, duro y dificil, y la recompensa de conseguirlo merece la pena. Mágnifico blog, mi niña!! un besazo desde el corazón 🙂

  8. Me encanta el post y muy bien elegida la foto, Calimero jajaja el alma en pena por excelencia! Yo tengo muy cerca de mi a una persona con esa actitud constante y he aprendido dos cosas. La 1ª es a no engancharme a su manipulación la 2ª es a escucharla con cariño y no aportar ninguna posible solución pues he comprobado que a este tipo de personas de alguna manera perversa les trae una retribución su comportamiento, por un lado la pena que reciben los demás como manera de hacerse "querer" y por otra de no responsabilizarse de su vida sino de culpar siempre a ese entorno hostil que hace que las cosas le salgan mal… Es complicado hacer ver a una persona que el cristal con el que está viendo la vida es erróneo pues solamente le trae tristeza y malas experiencias, que en el fondo, está provocando. Los cambios aparecen cuando uno mismo quiere cambiar, de no ser así, es un desgaste contínuo el hacer esfuerzos por este tipo de actitud que algunas personas tienen tan arraigado.

  9. Nada como decirles: "¿Y qué vas a hacer al respecto?" en lugar de darle soluciones para que empiecen a contemplar la posibilidad de ser dueños de su vida. 😉 Mar.

  10. Pues yo he vivido situaciones así con personas con ese perfil y seré el único y me vais a perdonar, pero cuando alguno de mis amigos lo pasa mal por la razón que sea, no tengo ninguna duda de que estaré a su lado, porque hay que ser lo suficientemente fuerte para ayudar a esa persona a ver que siempre hay esperanza, sin que su situación nos llegue a influenciar negativamente. Además yo creo que de todas las situaciones y de todas las personas se aprende algo que nos puede servir para el futuro. 🙂

  11. Gracias por tu comentario! Hay que distinguir entre las personas que tienen una mala racha, lo pasan mal y quieren salir de ese hoyo pidiendo ayuda y haciendo lo posible por levantarse. Todos tenemos situaciones difíciles y necesitamos amigos que nos apoyen, que nos escuchen, que nos animen, que estén a nuestro lado. Así es como debe ser.
    Pero luego están las personas que no quieren estar bien porque han encontrado en la posición víctima una forma de llamar la atención para que estén pendientes de él. Éstas personas no están pasando una mala racha de la que saldrán con el aprendizaje necesario, sino que lo que justamente no quieren es aprender ni mejorar. Han elegido arrastrar a otros con ellos.
    Por eso en el primer caso se puede y se debe estar al 100% y en el segundo lo mejor es alejarse, salvo que te haga sentir importante seguir alimentando su victimismo.
    De nuevo, gracias!

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