SABER GESTIONAR EL ÉXITO
Hay personas que han dejado huella, pero tras el éxito
obtenido, una especie de fantasma o maldición, impide conservar o superar ese
logro.
obtenido, una especie de fantasma o maldición, impide conservar o superar ese
logro.
Es habitual que cuando algo llega con fuerza y rapidez, las emociones se desboquen, nos subamos al carro de la euforia y desde allí, desde lo alto no podamos ver las amenazas del entorno ni lo que podemos perder, y creamos que ese éxito “fácil” ya va a ser siempre así. Como si estuvieras fuera del mundo de los mortales.
Pero, ¿Qué es el éxito para ti? ¿Conseguir un trofeo, tener mucho dinero, alcanzar el poder? Ese es el éxito social, que de poco vale si no tienes una pareja a la que amas y con quien compartir, o no te rodeas de esos amigos que son un apoyo cuando les necesitas. Por eso, el éxito en el que debemos fundamentarnos es en el éxito personal.
Cuando haces algo sin buscar reconocimiento ni recompensa,
sino por el mero placer de hacerlo, es cuando se alcanza el éxito. A veces se
denomina: el éxito del novato. Ese logro no es fácil de alcanzar, pero sí
posible. Tu constancia y superación se pondrán a prueba. Pero el verdadero reto comienza cuando se está en lo más alto, cuando hemos
logrado lo que tanto queríamos y comienza el esfuerzo por mantener lo
conseguido.
sino por el mero placer de hacerlo, es cuando se alcanza el éxito. A veces se
denomina: el éxito del novato. Ese logro no es fácil de alcanzar, pero sí
posible. Tu constancia y superación se pondrán a prueba. Pero el verdadero reto comienza cuando se está en lo más alto, cuando hemos
logrado lo que tanto queríamos y comienza el esfuerzo por mantener lo
conseguido.
Lo decía muy bien Eduardo Chillida: “Lo hice bien porque NO SABÍA HACERLO y estaba lleno de ASOMBRO Y DUDA”.
¿Pero qué hay que hacer
para mantener ese éxito y no morir con él?
para mantener ese éxito y no morir con él?
- Cuidado con el ego: El sentirte victorioso, te sitúa en
otra estratosfera donde crees que nada malo te podrá pasar nunca. Recuerda cómo
lo conseguiste, siendo tú mismo, manteniéndote fiel a tus principios. Cuando el
ego sube, en la misma proporción el éxito baja. - Cambio de ambiente y de amistades: Adentrarse en terrenos desconocidos
por un éxito prematuro, te hace olvidar que has llegado donde has llegado
gracias al ambiente en el que has estado hasta ahora. No les des la espalda ni
te avergüences de tu pasado, pues es el que te llevado a lo que has alcanzado
hoy. Si reniegas de ellos, eso será lo que acabarás recibiendo, rechazo de los
demás. - Nunca dejes de aprender: Cuando subes muy alto, la caída es
más grande. Cuando lo tienes todo, es más probable que algo suceda y altere esa
estabilidad. Sigue tu ritmo y sigue fiel a tu línea. No dejar de aprender
porque un éxito aislado no quiere decir nada. No te puedes relajar y bajar la
guardia porque tu evolución ha de seguir. - La sensación de éxito no es duradera:
Enseguida buscarás
algo mejor, algo que te pueda aportar más. La ambición es buena, estimula la capacidad de superación, pero la
avaricia no. No se puede vivir del cuento eternamente. Hace falta
constancia y superación. - Valorar lo que has conseguido: Lo que cuesta esfuerzo se valora
mucho, lo que viene rápido pierde valor. Una vez conseguimos algo que creíamos
difícil pierde valor, aunque en su momento fuese lo más valioso para nosotros.
Cada cosa tiene el valor que le damos y evaluar en cada momento nos acerca a la
realidad. - No por tener más serás más feliz: Por
regla general, aquello que da mucho beneficio suele durar poco tiempo y es
simplemente por el hecho de no contemplar el significado de lo que es valioso. Solo serás feliz si le das a cada cosa la
importancia que merece y lo mantienes siempre.
El camino hacia el éxito debe hacerse con paciencia,
prudencia y perseverancia para que cuando ganes una batalla estés listo para
emprender otra. Sentir los pasos que vas avanzando, que se afianzan y te estabilizan, para que tu éxito dure el mayor tiempo posible.Y siempre sabiendo y apreciando los esfuerzos que te han hecho
llegar donde estás.
Nadal es un claro ejemplo de constancia, humildad, superación y de saber valorar, apreciar y agradecer lo que logra. Por eso todos le admiramos. Por eso, es un referente.