La alegría es ese estado emocional que a todos nos gustaría mantener, como una constante en nuestra vida. Nos recuerda a aquella infancia en la que sonreír, divertirse, disfrutar era tan sencillo como natural. Lo que no recordamos muy bien es dónde hemos dejado esa espontaneidad, cómo hemos pasado de vivir el presente sin más preocupaciones, a la ansiedad por un futuro que anticipamos gris o incluso negro; porqué antes nos resultaba tan fácil olvidar y ahora lo difícil es perdonar y superar un pasado que golpea sin piedad nuestra mente.
La alegría auténtica consiste simplemente en fluir con la vida sintiéndote libre. Es soltar los pesos y las cargas que no te corresponden, es abrirte a recibir los regalos inesperados que a cada momento la vida te ofrece, es encontrar verdad, la verdad sobre ti, y no negarla, ni rechazarla, porque la verdad es lo único que verdaderamente te libera. Por tanto la alegría es sinónimo de presente, de soltar, de apertura y de experienciar la sensación de libertad. Solo desde ahí se puede alcanzar la finalidad de esta emoción, que es la plenitud.
Pero, ¿Qué nos separa de ese estado de felicidad? ¿Por qué se nos resiste tanto?
En primer lugar se encuentran los miedos, el miedo a los cambios, a lo novedoso, a lo desconocido. Es curioso, pero si te paras a pensar, sin duda recordarás que todo cambio experimentado en tu vida ha sido para mejorar, ha sido necesario, como mínimo te ha impulsado a superarte, a retar tu comodidad. No conozco a nadie feliz cuando la rutina le aplasta, cuando nada nuevo le sucede, por tanto el miedo a los cambios es un miedo falso. Ábrete a lo desconocido como si de un maravilloso regalo se tratara y prepárate a disfrutar.
2 comentarios
Sabias palabras Arancha,
A veces podría ser tan facil estar en paz que nos da miedo darnos cuenta que toda la estupida complejidad que hemos construido no es mas que eso, una estúpida complejidad…
Y cuando te haces consciente de tu estupidez…, creo firmemente que tu mirada pone su foco en un destino que se vislumbra en un horizonte de color amarillo que nos conduce hasta la misma felicidad.
Muchas gracias…
Efectivamente Sergio, nos da miedo que sea tan fácil, por eso buscamos complicaciones, para sentirnos alguien importante y poder quejarnos de que la felicidad no existe.
Gracias por tu comentario!