TU FELICIDAD PROVIENE DE TI
Desde pequeños, los estímulos que hemos recibido para estar alegres o ser felices han venido del exterior. Entonces, la felicidad dependía de nuestros padres: la alimentación, la seguridad, la educación, el cariño, los cuidados. Y desde entonces, hemos aceptado que todo lo que nos puede aportar felicidad vendrá del exterior. Por eso enloquecemos buscando la riqueza material, el prestigio, el poder. O necesitamos una pareja para no sentirnos solos, o basamos nuestra felicidad en el éxito de nuestros hijos, ya que nosotros no lo hemos conseguido.
Si coges tu felicidad y la pones en manos de alguien, antes o después la romperá o se la llevará con ella. Ponemos nuestras esperanzas en manos de otra persona para que se encargue de hacernos felices. Ese es el error que se suele cometer, asentar nuestra felicidad en nuestra pareja. Esperas que el otro te haga feliz, y si no lo consigue le machacas, o te hundes y deprimes. Tú también quieres que tu pareja te necesite para ser feliz. Así dependerá de ti como tú dependes de él/ella. No importa cuánto ames a alguien, nunca serás lo que esa persona quiere que seas. Es imposible. Eso equivaldría a que te anularas completamente y te convirtieras en una sombra esclava de lo que el otro puede querer, buscar o necesitar en un momento determinado. ¿Crees que eso es ser feliz? ¿Crees que eso puede hacer feliz a alguien? No puedes prometer lo que eres incapaz de cumplir, porque fallarás sin duda alguna.
Nunca responsabilices a otra persona de tu propia felicidad, porque tu felicidad solo puede provenir de tu interior y siempre será resultado y consecuencia de tu amor. Por eso, eres el único responsable de tu propia felicidad. Cuidado con esas expectativas que a veces nos hacemos: con una pareja al lado seré feliz, si tuviera un hijo sería mucho más feliz. Acabarás descubriendo dónde te lleva tu obsesión, porque tú mismo te pondrás la soga al cuello.
Debes asumir esa responsabilidad que tienes de cara a ti mismo: convertirte en un ser pleno y para ello has de conocerte por dentro y eliminar todo aquello que te ata a tus creencias sobre la falsa alegría. Puedes leerte mi libro: «Haz que cada mañana salga el sol» un trabajo en profundidad hacia nuestros sentimientos y emociones más hondas.
Has nacido perfecto y tienes a tu alcance todo lo que necesitas para ser feliz. No dependas de otros . Crea tu propia felicidad y compártela con alguien tan feliz como tú. Eso sí funciona.
2 comentarios
Buenas noches… me ha parecido muy interesante el artículo, desde mi punto de vista es muy complicado que nuestra felicidad no dependa de los demás, ya que ese vínculo se crea desde pequeño. A lo mejor estoy equivocado.
Otra de las reflexiones que me gustaría exponer a raíz del tema tratado en el artículo es algo que he pensado a lo largo de los años y de mi relación con la poesía y la literatura. No sé que te parecerá (discúlpame por tutearte) pero ahí va. Para mí, la felicidad no existe. Ante esto, Arancha, me gustaría saber tu opinión acerca de esta tajante afirmación…
Gracias, un saludo.
Interesantes tus reflexiones. Es cierto que desde pequeños los estímulos para ser felices provienen de fuera: el cariño, la protección, el cobijo… por eso crecemos pensando que la felicidad ha de venir de fuera y la vamos buscando en recompensas materiales (un nuevo coche, unas vacaciones a un país lejano) que duran lo que duran, o a través de otras personas que amortigüen y calmen nuestros miedos, inseguridades… Por eso crecemos creyendo que la felicidad consiste en pequeñas dosis, pequeños momentos de placer o de satisfacción o incluso como tú dices, que directamente no existe.
Yo creo que sí existe y parte de nuestro interior pues venimos dimensionados para ello. Las creencias y las experiencias que vamos viviendo acaban haciéndonos creer que nada existe dentro sino fuera. Y obviamente lo de fuera dura poco.
Las emociones y sus finalidades se encargan de ello:
– Seguridad, gestión de la emoción miedo para saber de quién nos rodeamos y poner límites necesarios.
– Desarrollo: gestión de la emoción tristeza para aceptar las pérdidas y encontrar soluciones reparadoras
– Justicia: gestión de la emoción rabia para actuar frente a la injusticia, mentira o manipulación.
– Estatus personal: gestión de la emoción orgullo para admirar y reconocer lo grande en otros y en ti.
– Pertenencia: gestión de la emoción amor para entregarlo solo a quien lo merece y mientras dure ese momento.
– Así y con todas las emociones gestionadas podremos alcanzar de modo directo la plenitud como estado de paz interior que permite fluir con la vida en libertad y soltando pesos muertos que no nos corresponden.
Como buen lector que eres, te recomiendo mi primer libro: Haz que cada mañana salga el sol (Ed. Alienta), donde encontrarás explicación a todos estos conceptos.
Un placer reflexionar contigo!