ESAS REACCIONES VISCERALES…
Todos tendemos a caer en reacciones incontroladas que surgen de nosotros como automatismos y que parecen fuera de nuestro control. Son reacciones mentales o emocionales inconscientes que habitualmente se activan en función de las creencias que habitan en nuestro subconsciente y que se imponen a nuestra capacidad de pensar y razonar con inteligencia.
Los automatismos mentales incluyen el querer tener razón o no querer aceptar diferentes puntos de vista.
Los automatismos emocionales se derivan del miedo, de la ambición, de los deseos de poder o del placer.
- Marta está divorciada y veranea sola en el mismo lugar desde hace 10 años. Es tímida y le cuesta hacer amigos. Allí conoció a Carmen que es viuda muy abierta y que enseguida hace relaciones. Carmen por pena acostumbra a invitar a Marta a cenar para que no esté sola. Sin embargo Carmen durante dos días no llama a Marta pues ha conocido a un nuevo grupo con quien se divierte y hace nuevos planes. Marta reacciona a través de la queja y la exigencia diciendo a quien encuentra frases del tipo: «No sé nada de Carmen, tendré que cenar sola, como está con otra gente me deja sola, ya pasa de mi…» Carmen reacciona con un automatismo emocional derivado del miedo a enfrentarse a la vida. Se ha acostumbrado a que Carmen le resuelva la vida y ahora la exije que lo siga haciendo y la culpa por no estar tan pendiente de ella. Pero no piensa que ella es capaz por si misma y no toma medidas para pasar a la acción.
- Helena está enamorada de Emilio, un hombre recién separado que le regala los oídos con promesas que va aplazando y que jamás cumple. Ella ve sus expectativas perdidas y reacciona impulsivamente enviándole una ristra de mensajes llenos de reproches y cargados de odio. Ésta reacción visceral hace que Emilio se aleje lo que repercute en la ansiedad de Helena que se arrepiente de su impulsividad, se rebaja y se vuelve a someter a los deseos del seductor que la ve como presa fácil. El juego dura varios meses con periodos cíclicos de arrebatos impetuosos e irreflexivos por parte de ella. Helena reacciona con un automatismo mental de querer tener razón a toda costa en lugar de analizar que el hombre del que se ha enamorado no perece la pena ni nunca la merecerá. Así va desgastando su energía sin comprender que el origen del problema está en ella.
Cada uno de nosotros arrastra diferentes creencias según su tipología de personalidad (ver mi libro: Descubre tu verdadera personalidad) y son esas creencias las responsables de esas respuestas automáticas que hacen que perdamos unas oportunidades valiosísimas para observarnos y pensar qué hay en nosotros que hace que actuemos de ese modo.
Pasos a dar:
- Reconocer que algo se ha reactivado en ti: para ello es importante observarte con amor sin ese sentimiento de culpa de : «otra vez he vuelto a caer en lo mismo» y por supuesto sin quejarte ni culpar a otros pues la reacción ha sido tuya y en ti está la creencia que ocasiona la respuesta automática inconsciente. Si buscas culpables fuera, seguirás siendo víctima de esos mecanismos sin solución posible.
- Tomar conciencia de los pensamientos automáticos: Revisa tus juicios: «todos son incompetentes, egoistas, interesados…» y también mira cómo te juzgas a ti mismo: » soy incapaz, no estoy a la altura, debería ser de otra manera, tendría que atreverme más…». Además es importante valorar tus juicios con la vida en general: «todo es un esfuerzo, hay que sacrificarse, la vida es una jungla, la vida no es una fiesta, nadie podrá amarme, el amor no existe…». Todos estos diálogos internos refuerzan nuestra forma de percibir e interpretar la realidad. Cada uno a través de sus juicios describe la realidad a su manera (según su tipología o prisión).
- Cambiar la forma de percibir las cosas: Esto requiere una actitud de apertura para no estar atado a la propia manera de ver las cosas. De este modo, en lugar de forzar las cosas, en lugar de exigir que los demás cambien de conducta y satisfagan tus exigencias, en lugar de culpabilizarlos si no las satisfacen, lo que haces es asumir la responsabilidad de tus acciones para comprenderte mejor a ti mismo e intentar percibir la realidad desde un punto de vista más amplio que te acerque a tu libertad.
6 comentarios
Hola Arancha,
Un artículo magnífico. Yo llevo toda mi vida dentro de la carcel del miedo. Sin embargo, y gracias a la lectura de tus libros y la comprensión con mi mujer, me he dado cuenta que tenía un gran temor a expresar mi rabia y desde que he comenzado a hacerlo estoy fluyendo mucho mas con la vida y siento que me estoy acercando al camino del autonocimiento.
Muchas gracias
Estupendo Sergío! Celebro esos avances. Imagino que eres Fortificador por tanto la rabia, la acción, la vitalidad son tus aliados. Jamás los abandones pues esa sería la causa de volver a tu cárcel. Animo!
Besos!
Hola Arancha,
Si, después de haberme leído tus dos libros y tras una profunda reflexión de lo que soy y he sido creo que si. Precisamente he intentado plasmar en un artículo este análisis que he realizado y para mi sería un placer que pudieras dedicarle unos minutos a leerlo. Te dejo el enlace justo debajo. Muchas gracias por tu sabiduría
http://sergiomarcilla.com/escapando-juez-opresor-dejarme-guiar-rabia-justiciera/
Gracias Sergio, fantástico tu artículo. Estoy impresionada del análisis que has hecho de tu personalidad a través del libro. Está claro que los Fortificadores cuando os ponéis tenéis un grado de inteligencia fuera de lo común. Te recuerdo en la presentación, y es un gran placer saber de ti.
Únicamente por si te vale, tu talento es la justicia, la rabia justa. La palabra justiciera lleva una connotación de venganza que en nada tiene que ver con la auténtica justicia.
Mil gracias y mil besos!
Gracias a ti Arancha por leerlo,
La verdad es que me dejé llevar por mi vena escritora y terminé utilizando una palabra, que como muy bien dices, no se corresponde con lo que verdaderamente deseaba expresar.
Aún me queda mucho por hacer, pero siento que voy por la senda correcta y eso me hace sentir orgullo. Que gratificante es reflexionar y practicar escritura terapéutica cuando partes de unos conocimientos sólidos (tus libros están repletos de conocimientos de esta naturaleza).
Un sincero Abrazo!
Y qué gratificante para mi es recibir tus sinceros y cariñosos comentarios.
Un beso fuerte!