ESE EXCESO DE ALEGRÍA…
Es importante y necesario reconocer que la euforia no es una emoción positiva. Cuando nos sentimos decaídos o con la moral baja, buscamos encontrar algo que nos ponga eufóricos para salir del desánimo o abatimiento. Sin embargo es importante conocer los resultados de dicho sentimiento.
Trata de recordar alguna situación de tu vida que te ha llevado a la euforia. Una oferta de trabajo muy cautivadora, un enamoramiento apasionado, una propuesta inesperada, alguien que se interesa por ti… Entras en alegría extrema y empiezas a subir y subir. ¿Y qué pasa después? Que de la noche a la mañana caes y te pegas un batacazo que te debilita enormemente. Son esos picos de subidas y bajadas que te impiden conectar con la alegría verdadera y sentir paz interior.
La euforia es como las burbujas de champán, que suben y suben para después bajar y bajar hasta dejarte en un nuevo vacío existencial que crees que solo remontarás si vuelves a ilusionarte desmedidamente.
La alegría auténtica y la euforia están reñidas pues son contrarias. La alegría auténtica es una emoción que parte del interior de cada uno. Nada externo a nosotros nos puede aportar lo que solo nuestro ser interior sabe que le puede beneficiar. La alegría nos permite soltar y fluir con la vida en libertad quitándonos pesos muertos de encima y abriéndonos a los cambios y a las nuevas oportunidades. La euforia es una alegría falsa que nos hace depositar nuestro júbilo en manos externas que fácilmente nos pueden decepcionar.
Cuando estamos en euforia no vemos las amenazas. En realidad no queremos verlas porque nos gusta mantener esa estado disparatado. Por eso no vemos que esa oferta de trabajo tan cautivadora escondía mentiras y toxicidades, ni tampoco vemos que ese enamoramiento tan solo ocultaba una necesidad de ser querido que nos hace elegir a la persona más inconveniente. Tus anhelos no pueden ni deben ser colmados desde fuera. Es importante no entregar nuestro poder a cualquiera, porque luego remontarlo cuesta una barbaridad aparte del desgaste emocional que sufrimos por el camino. Una persona con tendencia a la euforia no puede tener paz interior.
Cuando estés eufórico pregúntate: ¿QUÉ es lo que no quiero ver? y ¿PARA QUÉ no quiero verlo?
¿Qué peligros tiene la euforia?
- Como hemos dicho impide ver los riesgos o amenazas y, por tanto, nos hace abrirnos y exponernos a lo indeseable.
- Refleja una huida de la realidad a la que antes o después habremos de enfrentarnos. Es una forma de evasión que procura una distracción momentánea por la que debemos pagar un alto precio.
- Conlleva un importante desgaste emocional en tantos picos de subidas y bajadas.
- Crea adicción por las hormonas placenteras que libera la alegría, pero al ser falsa y extrema, te engancha a la huida de la realidad. El eufórico no vive la vida real, vive en sus fantasías. Esto también es peligroso.
- Limita la creatividad porque te hace creer reales, situaciones que no lo son.
Cuando entres en euforia, comprueba qué amenazas pueden existir que ese estado te impide ver. Si no existe ninguna amenaza real, tu estado debe ser de alegría pero natural, pausada y tranquila. Así sí disfrutarás.
14 comentarios
Magistral y oportuno, como sueles. Un abrazo. 🙂
Gracias Mariaje, siempre tan motivadora…
Pues si, arriba y abajo…como el champán, que te hace sentir genial, pero luego…
Efectivamente. Tenemos que darnos cuenta que esas subidas anteceden a bajadas que nos hacen estar peor. Lo ideal es prevenirlo y darnos cuenta de que no estamos viendo algo importante de nuestra realidad.
Gracias por tu comentario, Cris.
Uhmmm… creo q la euforia es un momento mas. Lo malo es no valorar en su justa medida los demás momentos. No querer nada mas que euforia. Te lo dice un afectado por el tiroides q intenta controlar los dos extremos continuamente. Cuando llega un extremo, lo reconozco, lo saludo como a un viejo conocido, nos contamos cosas y al final nos despedimos hasta la próxima.
Un abrazote. 😉
Está muy bien que integres esos sentimientos que forman parte de ti. Los problemas de tiroides reflejan un exceso de tristeza, de pensamiento y raciocinio, de hacer y hacer… entre esa parte mental y la euforia los picos son tremendos. La alegría sana es liberadora pero no es un pico. Hay momentos que recibimos sorpresas agradables y podemos entrar en una euforia momentánea que se va tranquilizando, pero los picos suelen ser peligrosos.
Gracias Paco!
Siendo conscientes de que no se puede perpetuar un estado de extrema alegría, abogo por disfrutarla a tope cuando se presenta, sea por el motivo que sea. Bajones? Todo forma parte de nuestras experiencia de vida.
Siempre y cuando tú te pongas a salvo y no no consideres experiencias de vida los riesgos innecesarios y la intensidad que busca cualquier cosa menos la paz interior que es el verdadero regalo de la alegría.
Gracias Silvia por tu comentario
Hola, en mi caso me siento totalmente identificado.
Le agradezco por compartir esta información tan útil, muchas gracias.
Yo me estaba volviendo adicto a la eufória, me di cuenta que estaba sobresaltado y me animaba a hablar de cosas que normal mente no tendria miedo, en verdad soy una persona un poco tímida, pero al sentir la euforia no tenia miedo de expresarme, levantar la mano en el salon hablar con otros compañeros, chicas etc.
El problema empezó cuando ya se hizo un abito adictivo sentirme euforico, al momento de que las cosas no salian como esperaba mi frustración me lastimaba demasiado, me hacia sentir en verdad mal.
Hasta que me empecé a dar cuenta que las personas a la larga no toleran la euforia.
Eso me hacia sentir mal, ya que no tenía la aceptación de mis compañeros y amigos.
Hoy una chica me dijo que estaba euforico..
Esa palabra me retumbó en mi cabeza, no me la podia sacar, era un pensamiento repetitivo que me hizo sentir mal y me obligó a pensar: ¿por que las personas no aceptan mi felicidad?
¿Por que no les gusta que sea feliz?.
Ahora entiendo todo, lo que sentia me hacia ser demasiado directo en temas sensibles, era muy directo en todo, por lo tanto no sabia identificar la emociones de las otras personas, el rechazo era previsto.
Esta adicción a la eufiria me nublaba, no permitia que pensara en como se sentian los demas con mi estado de animo totalmente desacatado.
Ahora entiendo la diferencia entre la felicidad real y la falsa felicidade, que nubla por completo la realidad.
Muchas gracias por tu comentario. Es muy auténtico y puede ayudar a otras personas a reconocerse en ese personaje que se cree en una felicidad que es falsa e ilusoria. El estado de euforia convierte a la persona en invasiva y egocéntrica que siempre quiere ser el centro de atención. Eso aleja a los demás que sienten la falsedad. La euforia es una droga, es un exceso de alegría que distorsiona la realidad y convierte a la persona en temeraria e inconsciente. Al recibir un exceso de serotonina, la persona se cree que está fenomenal, pero es una huida de la realidad que con el tiempo trae consecuencias desastrosas. Me alegro mucho de que hayas tomado conciencia a tiempo.
La euforia tiene beneficios?
Gracias por tu pregunta que seguro puede resultar interesante a más personas. La euforia no tiene ningún beneficio, salvo esa sensación de subida por un exceso de adrenalina y serotonina que dura más bien poco, para enseguida recaer como las burbujas de champán y finalmente sentirte más vacío y desilusionado. Buscamos la euforia para huir de la monotonía y no enfrentarnos a nuestro interior, así evitamos cuestionarnos y tener que cambiar algo en nosotros.
Gracias por el texto. A mi me suele pasar que después de un éxito o punto ganado o conseguir algo la euforia me invadía. Pero lo conseguido hasta ese momento no terminaba de completarse, con lo cual no se cerraba el éxito. Ahorra entiendo lo que es realmente la euforia.
Gracias !!
Genial Antonio. Hay que buscar el equilibrio, ni ilusionarse en exceso, ni decepcionarse demasiado. El equilibrio de la balanza es el bienestar y la paz.
Gracias por tu comentario.