Entender las emociones
La gestión emocional no consiste en controlar y decidir: ahora voy a sentir alegría y ahora prefiero tristeza. Al contrario, nos ayudará a utilizarlas correctamente y a extraer la máxima sustancia de ellas. Dirigiendo correctamente el potencial de las emociones conseguiremos transformar los contratiempos en circunstancias que nos abran a nuevas oportunidades.
Todas las emociones tienen una finalidad, existen para algo, cada una tiene su función, nos pueden aportar seguridad o justicia, nos ayudan a resolver problemas, se encargan de nuestra creatividad, nos hacen ser solidarios, nos permiten disfrutar y tener ilusiones. Pero para alcanzar esos objetivos debemos aplicarlas adecuadamente ante cada hecho concreto. No es válido utilizar cualquiera arbitrariamente. Cada emoción moviliza algo diferente en nosotros y sólo conseguiremos cumplir nuestro objetivo si captamos correctamente la realidad de lo que pasa a nuestro alrededor. Pero no de un modo caprichoso, sino aplicando la pura lógica. Si por ejemplo alguien a quien no conocemos se acerca a nosotros ofreciendo su ayuda y respondemos con la emoción miedo, cerramos la puerta a nuevas amistades y caemos en la desconfianza. Como resultado el otro se sentirá decepcionado y no lo intentará más. La emoción que hubiéramos debido experimentar es amor, pues alguien nos está ofreciendo un espacio seguro.
El vídeo que os ofrezco es muy ilustrativo al respecto. Merece la pena prestarle atención.
2 comentarios
Vuelco aquí mi comentario aunque podría estar incluido en cualquiera de las otras entradas. A partir de hoy me engancho a seguirte porque tus textos abren periodos de reflexión que a mí, particularmente, me hacen mucho bien.
Sigue en esta línea y beneficiarás a mucha personas.
Encantada Daniel. La reflexión nos hace bien a todos.