¿LUCHA POR EL PODER O SUPERACIÓN PERSONAL?
Cuando hablamos de ambición, rápidamente aparecen en nuestra mente las imágenes de alguien avaricioso, que utiliza a otras personas para su propio beneficio, que pasa por encima de cualquiera con tal de lograr sus propósitos, que solo busca amasar dinero al precio que sea… Esa es la connotación negativa de ésta palabra, que podríamos denominar como ambición social.
El uso que hagamos de las palabras acaba cambiando su significado. Eso pasa por ejemplo con el término orgullo: si dices que alguien es muy orgulloso estás queriendo decir que es altivo y soberbio, pero si dices que estás orgulloso de haber remontado una situación difícil, entonces te estás refiriendo a que te sientes bien contigo mismo, que reconoces y valoras tus capacidades. Por ese motivo limitamos el uso del vocablo ORGULLO, por si denota un cierto toque de prepotencia del que queremos huir. Y por eso tenemos tantos problemas a la hora de sentirnos orgullosos de nosotros mismos y de reafirmar nuestro potencial.
Con el término ambición pasa algo similar, pues lo asociamos a poder, y del mismo modo asociamos el poder a la falta de escrúpulos a la hora de obtener un reconocimiento o prestigio social. Esta gran confusión de conceptos se propicia cuando uno vive la vida hacia el exterior, hacia el escaparate, de cara a las apariencias. En esa vida solo cabe la competitividad y medirse de poder a poder. En esa vida tu autoestima y valoración depende de los demás que determinan si izarte a los cielos o humillarte con el olvido, con lo cual eres vulnerable y altamente manipulable. En esa vida sentirse poderoso equivale a decir: estoy vacío por dentro, pero para que no se note ostento altos cargos, maltrato a mis inferiores y trato de ganar a cualquier precio porque de ese modo ni yo me doy cuenta de lo infeliz que soy. Esta definición corresponde a la ambición social.
Sin embargo, la ambición personal es algo muy diferente porque implica tu superación personal, donde te mides solo contigo mismo, donde los demás no existen pues estás a solas con tu interior, con el ser humano que eres. También conlleva valentía y coraje pues sabes que no eres ni inferior ni menos que nadie y así lo declaras y haces ver. Es la medida de tu talla humana que decides que siga creciendo y transformándose. Sería la ambición de la metamorfosis interior que te impulsa a crear tu propia realidad en esta existencia.
Por eso yo no abomino de la palabra ambición. De hecho me declaro ambiciosa, cada día me conozco mejor y aún ansío conocerme más, cada día me reto a mi misma a dar un paso nuevo, a atreverme a vencer mis imposibles, a fortalecer mis debilidades, a imaginarme sin límites, a probar y probar hasta dar con la clave. Y todo eso es posible gracias a que soy ambiciosa, sin ello todo sería conformismo, rutina, dejar que la vida pase contemplando como unos ganan y otros pierden sin que nada cambie.
Y tú, ¿te declaras ambicios@?