ENTRE EL PENSAMIENTO Y EL RESULTADO

Pero si no te pones en acción, si no haces algo entre tus pensamientos y tus objetivos, la realidad es que nunca tendrás nada. Porque para que sucedan cosas tú debes hacer algo encaminado a ello.
Conozco personas muy formadas, que van de un curso a otro, de una terapia a otra, de un libro a otro, de un maestro a otro. Acumulan información, datos, conocimientos. Pero todo queda ahí, en la mente. Nunca se consideran preparados, siempre necesitan saber más. A esas personas nunca les pasa nada porque nunca HACEN nada. Se abruman de información que procesan y archivan sin objetivo concreto pero no ponen en práctica lo que conocen. Se quedan en la tristeza y no pasan a la rabia (acción)
Dijo Platón: «El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra»
Seguramente esas personas se quejarán en su fuero interno de dar vueltas y seguir siempre en el punto de partida. Seguramente envidiarán a quienes con la mitad de sus conocimientos consiguen lo que ellos quisieran para sí mismos. Olvidan que éstos últimos se atrevieron a dar un paso, se pusieron en acción y con ganas y valentía fueron logrando sus objetivos.
Otras personas que saben lo que quieren y hacia donde dirigirse, se paralizan en el QUÉ y en el CÓMO: ¿Qué medios necesito y cómo los consigo?. El miedo les impide entrar en la rabia enérgica y activa. Si esperas a tener el qué y a encontrar el cómo, nunca harás nada. Dejarás que pase tu vida hasta que sea demasiado tarde, y entonces te sumergirás en la tristeza conformista y derrotista de «esto no es para mí».
No hay que pensar tanto, hay que pensar lo estrictamente necesario para saber lo que quieres. Inmediatamente has de dar pasos proactivos dirigidos a obtener lo que quieres. En el momento en el que te pones en acción, todo se moviliza y te irá acercando a ese QUÉ y a ese CÓMO de un modo natural. Probarás y comprobarás qué caminos te acercan a tu meta y cuáles te alejan. Discriminarás a las personas afines y comprometidas de las que no. Separarás lo válido de lo tóxico, y así, viviendo la acción del momento irás poniendo piedras sólidas que acabarán dando forma a un edificio, o a una catedral, o a una sencilla casa confortable.
Y al cabo del tiempo te sentirás satisfecho de los resultados obtenidos por ti, por tu iniciativa, por tu compromiso contigo, por tu implicación. Casi seguro que esos resultados no son los que imaginabas en un principio pues se han ido conformando a medida que caminabas, pero serán mucho mejores de lo que esperabas, pues la vida siempre empuja y ayuda cuando uno decide dar el paso y no esperar a que todo esté programado y perfecto (esa es la espera que desespera). Solo necesitas actitud y paciencia, y por supuesto confiar en que vas andando a favor de la vida y de la mano de la ilusión.
Recuerda que lo que tengas que aprender, lo irás aprendiendo a medida que lo vayas haciendo, porque la ACCIÓN es el puente entre tus pensamientos y lo que quieres conseguir.
2 comentarios
Estoy en esas… en la acción. Me dediqué intensamente a la información, a la autoformación, siento que ya pasó esa etapa por el momento, hasta que surja la siguiente, si es que tiene que surgir. Vale más lo poco ejercido que lo mucho aprendido, pero no aprehendido.
Gracias Mariaje! Si no nos ponemos en acción no puede haber resultados. La acción no es hacer por hacer sino tomar una determinación y dar pasos hacia ella. Debemos activarnos!!