O ¿ERES PESIMISTA?
El optimismo y el pesimismo son actitudes ante la vida. Un optimista ve oportunidades en cualquier situación, mientras que un pesimista solo ve fatalidades. Tenemos que tener en cuenta, que muchas de las circunstancias que aparecen en nuestra vida, no las elegimos, no las buscamos, sin embargo están ahí. Incluso en esos casos, la salida depende de ti, pues siempre podemos elegir nuestra actitud libremente. La actitud que decidamos tener (optimista o pesimista) no es impuesta por nadie, nadie nos obliga a tomarla. Conozco personas con graves enfermedades que tienen una actitud de lucha, fortaleza y vitalidad, mientras que otros por un simple sarpullido se ahogan en penas. El otro día, un conductor de autobús consiguió que el trayecto matutino de sus pasajeros se convirtiera en una delicia, sonriendo con entusiasmo y animando el comienzo de la jornada, mientras que un ejecutivo de alta dirección con un sueldo importante no para de quejarse con ansiedad y estrés.
Tú eliges qué actitud tomar:
EL OPTIMISTA EL PESIMISTA
Aprende de los errores Se culpa o culpa a los demás
Pone límite a las amenazas Se queja de que no le respetan
Expresa con claridad cómo quiere las cosas Está resentido y amargado
Admira a los que le superan Envidia por no creer en sí mismo
Se abre a los cambios Se aferra al pasado
Vive el ahora Anticipa problemas futuros
Las actitudes se contagian. Huye de los pesimistas y acércate a los optimistas. Déjate contagiar por ellos y comparte tu alegría e ilusión con los demás. De tu actitud, dependen tus resultados.
8 comentarios
Lo tendré en cuenta, me parece muy interesante
La "suerte" es una actitud. El que se resigna es porque quiere. Yo creo que, en el fondo, cada uno está donde quiere estar; si realmente hubieras querido estar ahí arriba, estarías ahí arriba.
Te he visto en rtve2,impresionante y estoy a tus pies
Gracias Vicente. Una alegría saber que te ha gustado!!!
Efectivamente, cada uno se sitúa donde quiere estar. Gracias por el comentario.
Pues a acercarse al buen humor!!!
Gracias Arancha, siempre pienso que no es tu aptitud, sino tu actitud lo que determinan tu altitud.
Muy acertado tu comentario, Pedro. Muchas gracias!!