EL PODER DE LA RISA
Imagínate la siguiente situación: vas en un autobús, a un viajero le da un ataque de risa y no puede parar. Los demás pasajeros miran sorprendidos, incluso extrañados. No es muy habitual en estos días encontrar a personas que explotan a carcajadas. Literalmente, no puede parar de reír. ¡La risa es contagiosa! Los demás empiezan a carcajearse y aquello no tiene límite. Tras cinco minutos, siguen riendo a mandíbula abierta. Un experimento similar realizó Christine Rabette en un vagón de metro con exactamente esos mismos resultados. ¡Nunca tuvieron un viaje tan alegre! La risa forma parte de la alegría y se contagia, como el resto de emociones. Piénsalo, ¿qué prefieres contagiar a los demás? ¿Risa, alegría, optimismo, buen humor? O envidia, rencor, dudas. ¿De qué emociones de tu entorno quieres contagiarte? Trata de reírte, sobre todo de ti, de esas situaciones que crees que haces el ridículo. Recuerda cuando eras niño. Lo primero que se aprecia en la infancia es la capacidad de reír y carcajearse abiertamente. Parece que convertirse en adulto nos debe conferir un aire serio, grave, apesadumbrado. Las personas que se ríen disfrutan de muchos beneficios en su salud. Solo tienes que rodearte de personas positivas y alegres, alejándote de los vistimistas, de los que te dan pena, de los que te hacen sentir culpable, de los que te envidian. Es cuestión de decidir el tipo de vida que quieres llevar. Y con toda seguridad, esa será la vida que llevarás. Decide siempre por la risa benéfica, saludable y espontánea.
5 comentarios
Que gran verdad Arancha. Gracias por enviarnos risas.
Gracias también por compartirlas.
No siempre es fácil contagiar alegría. Es mas fácil contagiarnos de emociones negativas, de desanimo y tristeza. Pero bien vale la pena intentarlo. Felicidades por el blog, siempre me despierta una sonruisa
Reír, fluir, relativizar, VIVIR.
Gracias por tu alegría.
Shine.
Es un placer con personas que la aprecian y la quieren compartir. Gracias Pablo, gracias Shine