LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

NO TEMAS LA LIBERTAD

Soñar con ser libre, independiente, autónomo… a veces es una fantasía que no dejamos que se haga realidad. Desde pequeños somos dependientes de un bienestar y de un afecto que vienen colmados desde fuera. Así sentimos la protección que nos da fuerza y seguridad en la vida. Con el tiempo, esas necesidades las debemos llenar nosotros mismos, sin embargo, en muchos casos las personas requieren que su satisfacción siga llegando del exterior.

La dependencia se origina en la sobreprotección. Una madre o padre que protege en exceso a su hijo impidiéndole exponerse a situaciones adversas o conflictivas tratando de evitarle un riesgo, lo que va a ocasionar es un niño temeroso, lleno de necesidades, que se sentirá inferior a los ve independientes