NO TE DEJES MANIPULAR
Mensajes totalmente contradictorios y castradores del
orgullo de ser quien eres. Con tales disparates lo normal es que
nuestro orgullo esté por encima, o por debajo, pero casi nunca
equilibrado. Eso nos ha debilitado como seres humanos, ha limitado la
estatura del ser que somos. Fuera de ahí, sin orgullo auténtico,
las dudas y vacilaciones se convierten en compañeras de viaje. Por
eso somos tan manipulables, pero muchos para evitar tomar conciencia
de ello, para no cuestionarse, deciden ser los manipuladores. Ambos
se necesitan, pues uno sin otro no puede sobrevivir. El manipulador
necesita una víctima para sentirse poderoso. Uno manipula y el otro se deja manipular. La manipulación lleva