ELIGE SER TÚ MISMO
Somos seres sociales, vivimos en sociedad rodeados de personas. El entorno que nos rodea puede ser afín a nosotros o resultar disonante a nuestros principios, ideas y valores. El entorno afín lo encontramos nosotros mismos, al elegir y decidir libremente con qué tipo de personas nos queremos relacionar y suele estar formado por amigos.
El entorno disonante nos viene impuesto, no depende de nosotros pero también forma parte de nuestra vida, es un entorno muchas veces enemigo, al ser que realmente somos cada uno. Este entorno disonante está formado por padres y familia en general, jefes o personas cercanas con las que nos vemos obligados a convivir o interactuar.
Lo idóneo, sería vivir y dejar vivir, aceptar las diferencias e integrar la diversidad que cada uno nos puede ofrecer. Respetar sin juzgar, aceptar sin rechazar y lograr una armonía universal.
Sin embargo esto suena a ideal utópico, pero ¿Por qué este tipo de vida que sobre el papel resulta tan sencilla y lógica, nos parece inalcanzable?
– El sentimiento de inferioridad. Muchísimas personas se sienten inferiores como resultado de un profundo desequilibrio de su orgullo. Como medida compensatoria se ponen por encima de los demás, tratando de hacerles sentirse inferiores. Así se crean la prepotencia y la soberbia: «Si yo te piso es porque soy más fuerte y demuestro que valgo más que tú». El prepotente se pone su máscara porque además siempre tiene que tener razón, entonces tú te rebajas. Él ha ganado y a partir de ahora ese será su comportamiento contigo. Tú por debajo, él por encima. Serás su víctima y no podrás ser tu mismo.
– «Lo hago todo por tu bien». Es una manipulación sutil que te deja sin recursos y arrinconado. Es una forma de secuestro, porque te hace creer que realmente se preocupa de tu bienestar aunque en realidad está marcando una enorme distancia entre tú y él. Él sabe lo que es mejor para ti, tú no, por tanto tu eres débil y él fuerte, le necesitas y sin darte cuenta le estás entregando tu poder. No eres tú mismo.
– La dependencia. Se manifiesta claramente entre padres e hijos, pero también en parejas e incluso relaciones amistosas. Son personas temerosas de conocerse, de profundizar en sí mismas y por tanto de amarse. Eso lo transforman en sobreprotección a otro, en dar cuando nadie lo pide con el único fin de acumular situaciones que luego le valdrán para echártelo en cara, reprocharte y hacerte sentir culpable. Quiere crear dependencia sobre ti, debilitándote.
La competitividad, los deseos de poder y otras formas de manipulación, SIEMPRE las originan personas que se sienten inferiores, que temen la soledad, que necesitan mucho reconocimiento externo… Son personas que no se valoran a sí mismas en su justa medida y por supuesto, que no se aman en absoluto.
Son personas mucho más débiles que tú que no se quieren fortalecer a base de esfuerzo, autoconocimiento y crecimiento, sino que pretenden empoderarse a costa de rebajarte, someterte o hacerte sentir culpaple.
Por eso ellos te necesitan a ti mucho más que tú a ellos. Debes saberlo para impedir que corten tus alas, te quiten tu poder y puedas ser tú mismo. Cualquiera de estos comportamientos reflejan manipulación y la manipulación requiere de tu rabia, has de decir ASÍ NO y ASÍ SI, alejarte en la medida de lo posible, reaccionar, nunca tragar, confrontar, denunciar y ante todo ser tú mismo más que nunca declarándolo con valentía.
Si les entregas tu poder (por no dañar, por que te acepten, para que te quieran, porque te da pena, por no resultar borde…) les entregas tu alma y jamás podrás volar libre. Has de estar alerta y reconocer esos comportamientos para ponerles coto de inmediato. Si tú no les das poder, buscarán otra víctima a quien utilizar o someter.
Y no solo eso, sino que te respetarán, valorarán y verán en ti un ejemplo. El ejemplo de persona que es sí misma siempre, que no teme a nadie, que jamás se rebaja. Entonces, el manipulador (que muchas veces aparece como benefactor y buena persona), tiene la oportunidad de decidir seguir tu ejemplo, ser natural y auténtico, tratar de mejorar y aprender de sus errores, en lugar de sentirse poderoso quitándote lo que es tuyo y reduciendo lo grande y elevado que hay en ti.
Entiende que si permites que otros te corten tus alas, es porque no te quieres como eres. En el fondo te las estás cortando tú mismo al permitir determinados comportamientos de terceros. Aquí no hay prudencias ni cautelas.
Ser tu mismo es tu elección, salvarte o traicionarte, también.
8 comentarios
Excelente!!! Muchas gracias Arancha!!! reconozco que me queda mucho trabajo por hacer para volar libre cual gaviota sobre el mar aunque lo haré encantada. Una vez que encuentras el camino y enciendes la llama para ver por donde vas, el paseo se hace mas ligero y da gusto andar por el porque lo que se ve es hermoso.
Un abrazo!!!
Así es. Lo importante es el primer paso, la decisión. Una vez decidido, ya verás que nada te para y nadie te puede quitar el sitio.
Gracias!
Hola de nuevo Arancha!!! antes te respondí y se me olvidó poner el nombre, quería agradecerte el detalle que has tenido al escribir este post. Por cierto, a mi pareja y a mi nos gustaría asisitir a algún taller de los que ofreces.
Un abrazo!!!
Hola Merche, tú también me ayudas cuando me sugieres temes, me abres a hablar de cosas que son importantes para muchas personas. Cuando quieras, me vuelves a proponer.
Estupendo lo de asistir a un taller. Justamente empieza uno el sábado 1 de febrero. Te paso mi mail para que me contactes por correo electrónico y te cuento con más detalle: merino.arancha@gmail.com
Un beso fuerte!
Así es!!! También creo que muchas veces se trata que el otro tiene sus miedos y los proyecta de esa manera, no dejándote ser tu, no vaya a ser… De un modo u otro, estoy de acuerdo en huir de dicho elementos! Muchas gracias por ser tan clara en tus escritos, pones las cartas sobre la mesa de forma contundente e incontestable!
Muchas gracias Efecto mariposa!!! Efectivamente los miedos e inseguridades hacen que la persona los proyecte sobre otra para sentirse superior, mientras la víctima se va sintiendo cada vez más culpable. Sin embargo, lo idóneo sería que cada uno aceptara sus miedos y fallos, para corregirlos y mejorar.
Es obvio que cada uno elige la vida que quiere llevar. Lo que no debemos hacer es convertirnos en víctimas. Tenemos alas, vamos a usarlas para volar!
Hola! Me gustaría saber su correo para platicar con usted. Me agrada su pensamiento, ya lo sé de memoria. Exito!
Hola Victoria, mi correo es: merino.arancha@gmail.com
Estaré encantada de leerte.