¿Eres capaz de resistir las tentaciones?
El psicólogo Walter Mischel realizó una investigación a largo plazo sobre el autocontrol, que ilustra la importancia de demorar la gratificación de un objeto deseado. Escogió un grupo de niños entre 3 y 6 años a los que dejó solos en una habitación con un bombón. Afirmó que si resistían la tentación de comerse el dulce, durante los cinco minutos que él permaneciera fuera, obtendrían dos bombones. La mayoría se lanzó a por la golosina inmediatamente, otros se cruzaron de brazos tratando de desviar su atención del estímulo. Los pocos que fueron capaces de aguantar la demora de la gratificación se convirtieron en adolescentes con más éxito que los impulsivos. Lograron matricularse en la Universidad, soportaron mejor la presión de los exámenes, obtuvieron trabajos mejor remunerados, matrimonios más felices y una excelente salud. Los que no se pudieron contener, padecieron más problemas de adicciones.
Ser capaces de controlar los impulsos en la edad temprana, determina las habilidades sociales y la fortaleza del pensamiento en el futuro. Este autocontrol desempeña un papel importante en nuestros hábitos de salud y bienestar de por vida. Estas facultades se pueden ejercitar a través las emociones. Una persona que maneja sus emociones de un modo adecuado y eficaz se manifestará de un modo tranquilo, sosegado, extrayendo el máximo provecho de todos los indicadores disponibles en su entorno. Mientras que una persona impulsiva y excitada, por irreflexiva, sólo utilizará una parte de la información, sin percibir si quiera lo que está desperdiciando.
Párate y observa tu comportamiento. Si eres capaz de hacerlo, comprobarás que cuando realizas las cosas de manera impulsiva, los resultados no suelen ser los esperados.
7 comentarios
¿Crees que la masturbación, es pecado, tentación o sólo un impulso natural?
Ni pecado ni tentación. Es una necesidad a la que hay que dar salida. Nunca retenerla.
Me he dado cuenta que soy mas impulsiva de lo que pensaba y cada vez que hago algo sin reflexionarlo debidamente, me doy cuenta que me he precipitado y al final pierdo tiempo. Creo que ser impulsivo nos hace perder el sentido real de la vida.
Efectivamente. Debemos pararnos y observar las oportunidades que tenemos a nuestro alcance. El no observar y contentarnos con HACER aporta resultados negativos que siempre irán en nuestra contra.
Cierto es que suelo ser impulsivo e impaciente y supongo que eso no me beneficia… Interesante experimento el que cuentas.
Pues sí, la impaciencia nos hace precipitarnos y comportarnos impulsivamente. Es el modo de evitar observar adecuadamente,pensar y reflexionar la salida que más nos beneficia. Gracias.
Siempre que te veas actuando impulsivamente, un consejo: párate y piensa. No hay nada tan importante ni tan urgente. En la tranquilidad es cuando las mejores ideas aparecen.