EMOCIÓN NECESARIA PARA
TU EVOLUCIÓN
TU EVOLUCIÓN
La
palabra tristeza la asociamos a depresión, nostalgia, melancolía,
sufrimiento, negatividad. Obviamente todos estos sentimientos no nos
resultan nada apetecibles y por tanto, qué mejor manera de alejarlos
de nosotros que evitando entrar en contacto con esa emoción. Sin
embargo nos hemos olvidado de la verdadera finalidad de la TRISTEZA.
Nuestros maestros los niños, antes de los tres años están
perfectamente conectados a ella y saben de sus bondades, pero a
partir de los siete ya han recibido por influencia de sus adultos de
referencia la connotación de apatía, desgana y negatividad que
todos hemos dado por hecho que conlleva ese término: la tristeza.
palabra tristeza la asociamos a depresión, nostalgia, melancolía,
sufrimiento, negatividad. Obviamente todos estos sentimientos no nos
resultan nada apetecibles y por tanto, qué mejor manera de alejarlos
de nosotros que evitando entrar en contacto con esa emoción. Sin
embargo nos hemos olvidado de la verdadera finalidad de la TRISTEZA.
Nuestros maestros los niños, antes de los tres años están
perfectamente conectados a ella y saben de sus bondades, pero a
partir de los siete ya han recibido por influencia de sus adultos de
referencia la connotación de apatía, desgana y negatividad que
todos hemos dado por hecho que conlleva ese término: la tristeza.
Hoy quiero dar un vuelco
y traerte la realidad de porqué la emoción tristeza forma parte de
nuestras vidas. La tristeza es una de las seis emociones básicas
junto con el miedo, la rabia, el orgullo, el amor y la alegría. Cada
emoción tiene su finalidad, su para qué y en todos los casos esa
finalidad es absolutamente imprescindible para una vida de bienestar.
Lo importante no es la emoción sino su utilización. El estímulo
adecuado para entrar en contacto con la tristeza es la PÉRDIDA,
todos padecemos pérdidas en nuestras vidas, y no me estoy refiriendo
solo a la pérdida de un ser querido que sería el mayor motivo de
tristeza, sino a la pérdida de un trabajo, o una pérdida económica,
o de salud, de tiempo, incluso una pérdida material. Como es
inevitable sufrir pérdidas, hemos nacido con la emoción tristeza
que es la que se encarga de hacer algo que las pueda reparar e
incluso en muchos casos, mejorar.
y traerte la realidad de porqué la emoción tristeza forma parte de
nuestras vidas. La tristeza es una de las seis emociones básicas
junto con el miedo, la rabia, el orgullo, el amor y la alegría. Cada
emoción tiene su finalidad, su para qué y en todos los casos esa
finalidad es absolutamente imprescindible para una vida de bienestar.
Lo importante no es la emoción sino su utilización. El estímulo
adecuado para entrar en contacto con la tristeza es la PÉRDIDA,
todos padecemos pérdidas en nuestras vidas, y no me estoy refiriendo
solo a la pérdida de un ser querido que sería el mayor motivo de
tristeza, sino a la pérdida de un trabajo, o una pérdida económica,
o de salud, de tiempo, incluso una pérdida material. Como es
inevitable sufrir pérdidas, hemos nacido con la emoción tristeza
que es la que se encarga de hacer algo que las pueda reparar e
incluso en muchos casos, mejorar.
¿Para qué sirve la
tristeza?
tristeza?
La tristeza es la emoción
que detecta las pérdidas. Detectar una pérdida implica tomar
conciencia, asumir y aceptar que algo pudo ser y no fue, que algo
pudo decirse y se calló, que algo pudo florecer y se secó, que algo
pudo conservarse y se abandonó, que algo pudo saberse y se ignoró,
en definitiva que algo se ha perdido y que ese hecho constituye una
pérdida objetiva que resta en tu vida. Asumir y aceptar la pérdida
es lo que más nos cuesta, aceptamos injusticias, aceptamos abusos,
los callamos, los tragamos, pero cuando sucede una pérdida real
nuestra mente o bien la niega eligiendo buscar culpables de nuestros
problemas como vía rápida y fácil que no asume ni repara, o bien
la imaginación nos lleva a anticipar infinitas posibles amenazas que
derivarán en algo terrible, nostálgico y deprimente.
que detecta las pérdidas. Detectar una pérdida implica tomar
conciencia, asumir y aceptar que algo pudo ser y no fue, que algo
pudo decirse y se calló, que algo pudo florecer y se secó, que algo
pudo conservarse y se abandonó, que algo pudo saberse y se ignoró,
en definitiva que algo se ha perdido y que ese hecho constituye una
pérdida objetiva que resta en tu vida. Asumir y aceptar la pérdida
es lo que más nos cuesta, aceptamos injusticias, aceptamos abusos,
los callamos, los tragamos, pero cuando sucede una pérdida real
nuestra mente o bien la niega eligiendo buscar culpables de nuestros
problemas como vía rápida y fácil que no asume ni repara, o bien
la imaginación nos lleva a anticipar infinitas posibles amenazas que
derivarán en algo terrible, nostálgico y deprimente.
Quiero invitar a cada
lector a encontrar la belleza de la ACEPTACIÓN, que en nada se
parece a la resignación (que sería el conformismo de que nada se
puede hacer y de que nada puede cambiar). Cuando aceptas una pérdida
del tipo que sea, te responsabilizas de que esa situación está en
tu vida y por tanto eres la única persona que puede y debe hacer
algo para resolver, para reparar, para solucionar. Buscar culpables
fuera con rabia o sentir la impotencia del miedo, no solo no ayudan
sino que anclan en la negación de la asunción de la responsabilidad
de bienestar que tienes para contigo mismo. Tras la aceptación
siempre llegan las ideas, la claridad de pensamiento, las opciones y
derivado de todo ello: el aprendizaje, la mejora, la evolución y el
DESARROLLO que es la finalidad última de la emoción tristeza.
lector a encontrar la belleza de la ACEPTACIÓN, que en nada se
parece a la resignación (que sería el conformismo de que nada se
puede hacer y de que nada puede cambiar). Cuando aceptas una pérdida
del tipo que sea, te responsabilizas de que esa situación está en
tu vida y por tanto eres la única persona que puede y debe hacer
algo para resolver, para reparar, para solucionar. Buscar culpables
fuera con rabia o sentir la impotencia del miedo, no solo no ayudan
sino que anclan en la negación de la asunción de la responsabilidad
de bienestar que tienes para contigo mismo. Tras la aceptación
siempre llegan las ideas, la claridad de pensamiento, las opciones y
derivado de todo ello: el aprendizaje, la mejora, la evolución y el
DESARROLLO que es la finalidad última de la emoción tristeza.
La tristeza lleva a ese
estado de duelo, de lentitud, de pausa, de parada, de análisis y
reflexión antes de emprender una acción que nos renueve. Así como
los árboles pierden sus hojas en otoño, el ser humano también
necesita sus ciclos de reparación cuyo fin no es el de acabar en
depresión o nostalgia por lo perdido, sino el de analizar lo
aprendido, aceptar lo presente y evolucionar hacia el futuro que
quieras crear. Tras la jovialidad del verano, toca la asunción de
una nueva etapa de la vida con la tristeza adecuada y necesaria que
nos dirija a dar los pasos precisos y certeros que desarrollen al
máximo cada nuevo momento de nuestra vida.
estado de duelo, de lentitud, de pausa, de parada, de análisis y
reflexión antes de emprender una acción que nos renueve. Así como
los árboles pierden sus hojas en otoño, el ser humano también
necesita sus ciclos de reparación cuyo fin no es el de acabar en
depresión o nostalgia por lo perdido, sino el de analizar lo
aprendido, aceptar lo presente y evolucionar hacia el futuro que
quieras crear. Tras la jovialidad del verano, toca la asunción de
una nueva etapa de la vida con la tristeza adecuada y necesaria que
nos dirija a dar los pasos precisos y certeros que desarrollen al
máximo cada nuevo momento de nuestra vida.
9 comentarios
Hola, quiero decir que acabo de descubrir tu blog y me encanta.
Gracias por escribir.
Saludos.
Muchas gracias por tu reconocimiento!
Ya son varias las noches, no siempre consecutivas, que me meto en la cama con la misma idea.
No sé por qué, pero cuando me pasa eso, tenga sueño o no, me acuesto e intento dormir de costado, apago las luces y escucho la radio o opto por la música que tengo en el móvil con los auriculares puestos a todo volumen…nada de leer, nada de televisión. A lo mejor la tele finge una alegría que no deseo sentir..no por alegre; por fingida.
Tampoco ya suelo escuchar la radio como antes, en honor a la verdad, apenas la escucho como antes, antes lo hacia con ilusión, con ganas, solo me elevo y me veo a mi mismo en un plano oscuro. Siento que veo a un chico solo y en la oscuridad, y que en realidad no es una personalidad solitaria ni oscura, pero le salio todo mal. Y le sigue saliendo.
No es pena, no es angustia, no es depresión, no es desconsuelo…. es cansancio.
Son muchas las cosas importantes que me salieron mal, son muchos los sueños que ya no se me van a cumplir, son muchos los que ya aprendí a resignar de por vida, son muchas las postergaciones que no cumplen fechas y ya no tengo por qué creer que las cosas no van a seguir siendo así. Ya mi candidez se suicidó.
Puedo conformarme con migajas de mis viejos anhelos, puedo ver bienestares acariciando otras pieles y abandonando las mías, puedo seguir construyendo un mundo mejor al que no perteneceré, puedo entregarme al servicio eterno de los que amo, puedo convertir mi vida en una herramienta de satisfacción de de necesidades ajenas… o puedo morir con dignidad.
Le tengo pánico a la violencia previa al suicidio, al dolor físico, a que sean ciertas las cosas que nos escribieron desde hace siglos sobre la Eternidad y el castigo para las almas que desprecian la vida. Me asusta la muerte y me da culpa como me sobrevivirán los que me vayan a extrañar, pero irme a dormir con un nuevo fracaso en la mochila y la promesa de otro tras el siguiente amanecer, es mucho menos que lo que entregué por alcanzar. Simuló cansancio físico para evitar explicaciones incomprendidas de sobremesa, y sonrisas tan falsas como las pintadas sobre muñecos de feria olvidados en sus estanterías y me acuesto a no dormir.
Estoy cansado. Cansado de existencia.
Berto, solo te puedo decir que te falta utilizar la energía de una emoción fundamental para ti: la rabia, pero en el sentido de justicia no en el de ira, reproche o rencor. Hay muchas cosas con las que cargas pero no las expresas ni liberas. Si puedes léete mi libro: Haz que cada mañana salga el sol y enfócate en la gestión de la rabia, si no la usas, tu vida se desgasta…
Esa es la clave Arancha pero cuesta encontrar la motivacion interna para quienes racionalizamos en exceso.
Muchas gracias por el articulo y por ofrecer mas ejemplos de lo que podria ser una perdida. Yo lo veo como una perdida de expectativas, y yo tiendo a reaccionar con frustracion y de vrz en cuando con ira, con cabreo y eso desgasta. La ira y ese miedo mal utilizados consumen mucho.
Berto animoy a reencontrarte contigovmismo porque lo que no mata te termina haciendo mas fuerte
Hola buen dia!
Lluvia fresca sobre mi cara fue la sensacion al leerte ….
GRACIAS!!!
(Internamente eestoy llena de rabia y frustracion! …) y fue tanta la descarga de adrenalina qe senti correr por mi cuerpo qe crei qe me iba a dar algo …y mientras estaba en la «cresta de la ola » no vocifere lo que de merecia!!
Ahora estoy en la ACEPTACION .
Tuve una MUY fuerte duscusion con el esposo de mi madre .
Me di cuenta que sigue siendo el mismo gusano de siempre !!!
Te lei por casualidad y me gusto !!!
Muchas gracias por tu comentario. La rabia, cuando no es auténtica desata la violencia, el rencor y la venganza. La tristeza nos permite aceptar a las personas tal y como son, y si descubres que la otra persona es un «gusano», no pretendas cambiarla, apártate y sigue tu camino. Deja que cada uno resuelva lo que ha venido a aprender a esta vida.
con todo respeto las personas que animan a las personas deprimidas no tiene el mismo sentimiento para ofrecer ayuda una persona que es feliz como pretende ayudar a alguien que esta al borde del colapso
Seguramente, una persona que es feliz lo ha logrado porque ha superado miedos, limitaciones y colapsos, la felicidad no llega sola, por eso mismo puede ser el mejor ejemplo y referencia para quien de verdad quiere salir adelante de una mala situación y no quedarse en el victimismo que pretende hundir a otros. Cuando uno está bien porque ha decidido enfrentar sus miedos, entiende el dolor del otro y debe empujarle hacia arriba, no quedarse escuchando y apoyando su caída.