¿EN QUÉ QUEDA LA RELACIÓN?
Las relaciones de pareja suelen tener un comienzo apasionado, el deseo es ardiente y las sensaciones efervescentes. La culminación del deseo es la sublimación de la alegría, de la apertura al erotismo y de la intensidad sin límites.
El tiempo deja de existir, el cansancio desaparece y los problemas se volatilizan porque el aquí y ahora arrebata con fuerza. El sexo es la expresión máxima de la emoción de la alegría. Eso no quiere decir que sin sexo no haya alegría, pero es cierto que ésta no puede ser plena, falta el gozo del deseo que llena mucho.
Tras ese periodo inicial, llega la convivencia que abre un marco nuevo donde se aprende a compartir, a ceder, a complacer, a proteger, a esperar, a conocer las necesidades del otro y también sus debilidades. La convivencia es bella pero también erosiona el deseo y la pasión.
¿Qué nos queda entonces cuando el deseo se agota?
- Puede quedar en AMOR, la unión maravillosa de dos personas que se cuidan, se miman y se protegen. Es una relación donde se comparte y se suma. Uno apoya al otro, le alienta, le motiva, le cobija y recibe lo mismo a cambio. Es una relación de generosidad y de gratitud, donde ambos se miran con los ojos del alma pero que no culmina en el sexo. Falta algo importante.
- Puede quedar en ADMIRACIÓN, el sentimiento es de orgullo por estar compartiendo la vida con alguien deslumbrante. Es casi sentir el asombro de que esa persona esté contigo. Ambos estarán encantados de haberse conocido y podrían llegar a la idolatría de uno hacia el otro. Pero solo con admirar, la relación nunca estará completa.
- Puede quedar en una relación de PRINCIPIOS, donde ambos comparten unos ideales que consideran éticos, justos y morales. Es más una relación de compañeros a la que han vuelto cuando todo lo anterior ha ido desapareciendo. Como se sienten unidos por unos ideales comunes, deciden permanecer juntos.
- Puede quedar en TRISTEZA rutinaria y conformista que les hace sentir que estar uno sin el otro puede ser peor, y entre todas las opciones continuar en pareja es la medida resignada y cómoda que eligen porque están tan acostumbrados el uno al otro que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Estas parejas pierden abrirse a un cambio, los años pasan y la rutina acaba pesando, hasta que puede ser demasiado tarde.
- Puede quedarse en MIEDO a estar solo y ante esa perspectiva mejor acompañado aunque ya no quede nada de aquella maravillosa relación inicial ni de aquellos fuegos artificiales. El miedo paralizante cada vez los debilitará más, descuidarán su aspecto hasta que sientan que ya nadie se va a fijar en ellos. Han perdido las esperanzas y poco a poco van perdiendo la vida.
Las relaciones hay que cuidarlas cada día. En cuanto veas que la rutina se instala, que la pereza te vence, haz el esfuerzo de poner atención a tu relación para que el deseo no se acabe, para que la pasión no se agote, porque hay situaciones a las que llegamos, contribuyendo nosotros mismos a ellas, que ya no tienen vuelta atrás.